Feliz día a todos los papás. Ya no hay excusa para no celebrar el 19 de marzo en familia, en el recogimiento del hogar. Muchos padres que antes estaban lejos, ahora se sienten más cercanos. Si algo bueno ha traído la obligación de quedarse en casa, ha tenido que ser la cercanía con nuestros hijos. La posibilidad de que los lazos que nos unan se estrechen aun más. Al menos, si estamos dentro de un lugar libre de infecciones y cargado de cariño y responsabilidad.
La convivencia con los hijos se construye día a día y se fortalece cuando es compartida. Hablamos hoy del matrimonio, de la raíz de la que brota la familia y que hace que sus ramas crezcan fuertes o se tuerzan hasta romperse. Esa unión de la pareja, junto con sus conflictos también se traslada a nuestros niños.
Es importante, y ahora más, fortalecerse y resolver diferencias de una manera responsable. En nuestra rutina diaria tenemos momentos de alegría, pena, rabia, asco, tristeza, ...; todo un carrousel de sentimientos de los cuales parece que solo hay uno positivo y varios no tanto. Todos son necesarios pues hacen que nos pongamos en contacto con el otr@. Los buenos para disfrutar, los malos para reflexionar. por eso, repito, es importante aprender a resolver nuestros sentimientos en una casa donde se convive día a día. Colaborando en las tareas del hogar, atendiendo necesidades, escuchando y siempre respetándose.
Es inevitable que en algún momento del día surjan las discrepancias. No pasa nada, es la vida misma. Pero es más importante saber tener un momento para reflexionar y dialogar. En un matrimonio, cuando llega el momento de dialogar, después de un momento de tensión, hay que saber ponerse en la piel del otro, reconocer nuestros sentimientos, expresarlos y nunca culpabilizar al contrario. Por supuesto, nunca, nunca, nunca hay que generar una discusión con los niños delante. Es una norma muy difícil de recordar y que se olvida en momentos de rabia. Lo se, porque no soy perfecto, y también caigo.
En épocas de grandes conflictos utilizamos una norma heredada de "Encuentro Matrimonial". Nos regalamos un 10/10. ¿Qué es eso?. Una carta. Una carta escrita en 10 minutos en las que expresamos solo y únicamente nuestros sentimientos derivados de ese desencuentro. Sin Culpar, Sin Exigir. Y luego nos damos 10 minutos para hablar del tema. 10 minutos pueden parecer muy poco. Si son menos no podremos expresarlo todo con claridad. Si son más puede que se vuelva a generar otra discusión. 10 minutos son suficientes, pues hacen que te centres solo y únicamente en el problema, sin desvíos, y te encaminen directamente hacia la solución.
Hoy como recurso os dejo el enlace al grupo de Encuentro Matrimonial, para los papás, mamás y matrimonios en todos los sentidos.
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