En esta época de crisis sanitaria todas las personas nos hemos visto obligadas a meternos en nuestros hogares. Los niños, por ser niños, en el día que estoy escribiendo el reportaje, tienen prohibida la salida. No pueden asistir a las clases y son las clases las que asisten a ellos. Los papás y mamás nos hemos "¡¡¿reconvertido?!!" en los nuevos profesores. El esfuerzo que están haciendo nuestros niños es marávilloso. Llevan más de 30 días encerrados, tiempo más que suficiente para convertir un hogar en un verdadero campo de concentración, aun con unas normas impuestas. Y los niñ@s, a pesar de que no dejan de ser niñ@s y de comportarse como niñ@s, suelen respetar y llevar sus obligaciones lo mejor que pueden. Los padres, madres y tutores de nuestros hijos no podemos, ni debemos, pretender convertirnos en los profesores de nuestros hijos. Al menos, o de la misma manera que los profesores del cole, por una razón muy sencilla: ¡NO estamos pr